
La Relatora Especial de las Naciones Unidas en la esfera de los derechos culturales, Alexandra Xanthaki, presentará en marzo de 2026 su informe al Consejo de Derechos Humanos sobre las intersecciones entre la conservación de la naturaleza y los derechos culturales. Con el objetivo de contribuir a este análisis, desde REDS-SDSN Spain hemos enviado un conjunto de aportes que subrayan por qué los derechos culturales son esenciales para comprender, planificar y fortalecer la conservación de la naturaleza.
Nuestra contribución destaca las tensiones que aún persisten entre las creencias y valores humanos, los sistemas culturales y la manera en que se entiende y valora la naturaleza. Señalamos factores como la visión antropocéntrica dominante, la desconexión entre cultura y entorno (especialmente en contextos urbanos jóvenes), el consumismo que normaliza prácticas insostenibles, la pérdida de saberes tradicionales o las inequidades de género que limitan el papel de las mujeres en la protección del medio ambiente.
Frente a estos desafíos, insistimos en la necesidad de revalorizar la naturaleza como sistema vivo, resignificar culturalmente la relación sociedad-naturaleza e incorporar perspectivas culturales en las estrategias de conservación y biodiversidad. La cultura no puede ser una coartada para prácticas que dañan ecosistemas; debe ser una aliada para transformarlos.
Recomendaciones para una conservación con enfoque cultural
En nuestra contribución presentamos líneas de acción que permiten integrar cultura y naturaleza de manera coherente y efectiva:
Incorporar la dimensión cultural en las soluciones ambientales, desde rituales, arte y expresiones simbólicas hasta la formación cruzada entre agentes culturales y ambientales.
Aprovechar la capacidad transformadora de la cultura para generar empatía ecológica, renovar narrativas y movilizar acción colectiva a través de museos, bibliotecas, festivales y relatos creativos.
Revalorizar conocimientos tradicionales vinculados a la gestión sostenible del agua, el territorio y los ecosistemas, articulándose con evidencia científica y fomentando la participación de comunidades rurales, insulares e indígenas.
Proteger el patrimonio natural y cultural a través de medidas frente al cambio climático, prácticas de turismo responsable y estrategias de mitigación de daños para bienes vulnerables.
Garantizar la participación cultural en la toma de decisiones ambientales, integrando a comunidades vulnerables y promoviendo justicia ambiental y cultural.
Estas recomendaciones se apoyan en el trabajo desarrollado por REDS-SDSN Spain en los últimos años, en colaboración con la Comunidad de conocimiento y práctica de la cultura y el desarrollo sostenible, personas expertas colaboradoras y entidades culturales, y refuerzan un enfoque que entiende a la cultura como dimensión inseparable de la sostenibilidad.
Esta es la segunda ocasión en la que enviamos nuestras aportaciones a un informe de este tipo. Ya en 2022, durante el 77º período de sesiones, nuestro trabajo fue citado señalando que “los distintos sistemas culturales tienen concepciones diferentes de las relaciones entre los seres humanos, otros seres vivos y la naturaleza; no puede haber una única definición de sostenibilidad, sino aceptar su diversidad interna”.
Con esta nueva aportación, reafirmamos nuestro compromiso con un enfoque del desarrollo sostenible que reconoce a la cultura y todos sus elementos como parte esencial de cualquier estrategia ambiental sólida.


